La corrosión es la degradación gradual del metal causada por reacciones químicas con humedad, oxígeno y otras sustancias. Para los grifos de mezcladores de cocina, la corrosión puede oxidarse, picaduras de superficie, decoloración y, en última instancia, el debilitamiento estructural. Dado que sacar grifos de mezclador involucrar piezas móviles y contacto con agua, sus superficies son especialmente vulnerables.
La protección efectiva de la corrosión no solo preserva la apariencia del grifo, sino que también previene las fugas, mejora la higiene al reducir la acumulación microbiana en superficies dañadas y minimiza los costos de mantenimiento.
Muchos grifos de mezcladores de cocina sacados están hechos de metales como latón, acero inoxidable o aleaciones de zinc. Cada material tiene resistencia a la corrosión inherente a diversos grados:
Latón: conocido por una buena resistencia a la corrosión, especialmente cuando es sin plomo, el latón se usa ampliamente para los cuerpos del tap. Sin embargo, requiere tratamientos superficiales adicionales para mejorar la durabilidad.
Acero inoxidable: ofrece resistencia a la corrosión natural debido a su contenido de cromo, lo que lo convierte en una opción popular para los grifos premium.
Aleaciones de zinc: menos resistentes a la corrosión y típicamente utilizadas para grifos menos costosos, lo que requiere recubrimientos protectores para mejorar la vida útil.
Independientemente del material base, los tratamientos superficiales son esenciales para resistir los entornos de cocina.
La electroplatación es uno de los métodos de protección de corrosión comunes para los grifos de cocina.
Proceso: una capa delgada de metal, a menudo cromo o níquel, se deposita en la superficie del grifo a través de un proceso electroquímico.
Beneficios: esta capa mejora la resistencia a la corrosión, proporciona un acabado suave y brillante y mejora la resistencia a los rasguños.
Recubrimientos comunes: el enchapado cromado es particularmente popular por su apariencia brillante y sus cualidades protectoras. El enchapado de níquel a menudo se usa como un subyacente para una mayor adhesión y protección de corrosión.
Las superficies electrochadas requieren un control preciso para evitar defectos como pelado o espesor desigual.
La electropulencia es un tratamiento químico aplicado principalmente a los grifos de acero inoxidable.
Proceso: la superficie del grifo se sumerge en un baño electrolítico que elimina una capa delgada de metal, suavizando la rugosidad microscópica.
Beneficios: Esto da como resultado una superficie altamente pulida y lisa que resiste la corrosión al reducir los sitios donde los contaminantes pueden acumularse. También mejora la limpieza al hacer que las superficies sean más fáciles de limpiar.
Idoneabilidad: la electropolización mejora la resistencia a la corrosión natural del acero inoxidable sin agregar recubrimientos adicionales.
El recubrimiento en polvo implica aplicar un polvo seco que luego se cura para formar una capa dura y protectora.
Proceso: el polvo, a menudo epoxi o a base de poliéster, se rocía electrostáticamente sobre la superficie del grifo y se hornea a alta temperatura.
Beneficios: los recubrimientos en polvo proporcionan resistencia a la corrosión, variedad de color y durabilidad. Protegen contra el astillado y se usan mejor que muchas pinturas tradicionales.
Aplicaciones: Si bien es menos común para los grifos de mezcladores de extracción debido a las piezas mecánicas, el recubrimiento en polvo a veces se usa en componentes externos para mejorar la resistencia.
La pasivación es un tratamiento químico para los grifos de acero inoxidable.
Proceso: El TAP se trata con una solución ácida que elimina el hierro libre de la superficie y mejora la formación de una capa protectora de óxido de cromo.
Beneficios: esta capa invisible de óxido aumenta la resistencia a la corrosión y la estabilidad de la superficie.
Importancia: la pasivación es crucial para mantener la resistencia a la corrosión del acero inoxidable después del mecanizado o soldadura.
Prácticas para la protección y mantenimiento de la corrosión
Limpieza regular: use detergentes suaves y telas suaves para limpiar la superficie del grifo regularmente, evitando limpiadores abrasivos que pueden dañar las capas protectoras.
Evite productos químicos fuertes: los ácidos fuertes, el blanqueador o los limpiadores a base de cloro pueden degradar los tratamientos superficiales, acelerando la corrosión.
Seco después de su uso: limpia el grifo seco después del uso reduce las manchas de agua y la acumulación de minerales que pueden causar corrosión con el tiempo.
Inspección periódica: Verifique los sellos, juntas y recubrimientos periódicamente para obtener signos de desgaste o daños y abordar problemas de inmediato.